Estaba visitando a un amigo director de un restaurante soriano cuando se presento un comercial de una famosa marca de vinos de una región tan emblemática como la Rioja, y tras intentar vender su marca de vino, mi cliente le dijo: “el problema de tu vino es que todos los años es igual, no cambia…como os las apañáis para que todos los años sepa a lo mismo ? …..” luego el cliente me aclaró que cuando le ofrecen un vino que todos los años sabe a lo mismo, se preocupa, piensa que le están engañando, y nada mas cierto puesto que cada año el vino debe ser diferente. Unos años, hay sequía y la planta de la vid se defiende consumiendo sus propios ácidos, por lo que los vinos son menos estructurados con menos frescura. Otros años, llueve mucho y aunque evitemos una gran producción mediante una poda en verde lo normal es que la producción sea mayor, pero entonces se resiente el color, es decir no serán tan oscuros y son mas ligeros, en definitiva, aunque el Enólogo haga un buen trabajo en la bodega, lo normal es que cada año el vino real tenga alguna diferencias por mucho que queramos mantener una línea de trabajo de calidad determinada.

Estos años pasados, debido a las modas que vienen de los “gurús” del vino, se han puesto de moda lo vinos con un grado de alcohol muy alto y muy densos, sin frescura ni elegancia, perdiéndose la finura que todos queremos encontrar en un buen vino, que ha pasado? Por que de repente aparecen tantos vinos tan potentes que además evolucionan tan rápido y solo en unos años pierden la frescura y la finura? Que duda cabe que la respuesta la tenemos que encontrar en las modas, y muchas de ellas provenientes de famosos prescriptores americanos, que de alguna forma ha impuesto sus criterios en la forma de elaborar.

Como sabéis, el vino se empieza haciendo en el campo, y es ahí donde debe empezar una labor honesta y natural, no se debe abusar de los fertilizantes con exceso de Potasa, que aumenta el contenido en azucares en la planta, ya que ello redundará en un mayor grado alcohólico, pero también va en contra de la acidez (que se mide en PH , a menor PH mayor acidez) que es la que hace perdurar los vinos en el tiempo y los dota de finura. Luego en la bodega, hay quien se pasa macerando el vino con sus hollejos lo que hace que los vinos sean muy oscuros y densos pero también más astringentes.

Nosotros en Camino Soria llevamos a cabo una maceración de los hollejos hasta conseguir la extracción que nos parece mas idónea para el tipo de vino que podemos hacer cada año, así según cada añada os ofreceremos vinos originales, cada uno con las ventajas que provengan de las características climatológicas de ese año en concreto. Los hay mas intensos en aromas y en sabores frutales en boca, como lo fue el 2009, y los hay mas finos con complejidad y elegancia como el 2011, y esa punta de frescura que no le debe de faltar a un buen vino. No encontrareis nuestro vino siempre igual todos los años, como le paso a aquel vendedor….un vino tinto no debe ser como un Jerez, que todos los años resulta tan homogéneo sino que debe ser fiel a sus orígenes y sus características, ahí está precisamente la gracia.